Entrevista con Pablo Aparicio Resco: "las mujeres de la Antigua Grecia usaban el velo de forma muy similar a como hoy se hace en países árabes"
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Portada de "Entre aidós y peitho. La iconografía del gesto del velo en la Antigua Grecia" |
El uso del velo, que todavía se practica en muchas partes del planeta, es una costumbre que se enraíza en nuestro pasado más remoto. Los valores asociados a cada época son diferentes, pero hay una constante a lo largo de la historia que ha sido estudiada por Pablo Aparicio Resco, arqueólogo e historiador del arte, creador de PAR -Tecnologías de Representación Gráfica del Patrimonio, en su libro "Entre aidós y peithos. La iconografía del gestor del velo en la Antigua Grecia", editado por JAS Arqueología. Hemos querido profundizar un poco más sobre esta cuestión de la mano del autor de esta interesante obra.
Pregunta - ¿Cómo surge la idea de estudiar el gesto del velo en la escultura griega?
Respuesta - El estudio de los detalles en una obra de arte, la tarea detectivesca de reflexionar por qué ciertos motivos se representan de una forma y no de otra, constituye una de las facetas más apasionantes de la Historia del Arte y tiene mucho que ver también con la práctica arqueológica. Mi formación como historiador del arte y como arqueólogo me llevó a observar con cuidado el gesto del velo en las pinturas pompeyanas durante el otoño del 2009 y fue allí donde nació la idea para esta investigación.
Pregunta - ¿En qué materiales te has basado para el estudio?
Respuesta - El estudio de un motivo iconográfico como el gesto del velo conlleva analizar con cuidado cientos de imágenes en las que éste aparece: durante años fotografié en los museos todas las obras de arte que contenían este gesto pero también lo rastreé a lo largo de la literatura especializada y en catálogos como el LIMC (Lexicon Iconographicum Mythologiae Classicae). Además, para estudiar con rigor las imágenes repasé también los textos clásicos y otros ensayos históricos e histórico-artísticos relacionados. Mención especial debo hacer al libro Aphtodite’s Tortoise, del profesor Dr. Lloyd Llewellyn-Jones, que tanto me ayudó a entender el uso del velo en la Antigua Grecia.
Mujeres con velo en una estela funeraria del Cerámico. Museo del Cerámico, Atenas. Foto: Mario Agudo Villanueva |
Pregunta - El velo o calyptra lo llevaban prácticamente todas las mujeres, siempre que no vistieran manto ¿estaba asociado su uso a cierto tipo de eventos o era común que las mujeres fueran cubiertas por velo?
Respuesta - Debemos imaginar que las mujeres de la Antigua Grecia usaban el velo de forma muy similar a como hoy se hace en países árabes como Egipto –salvando, claro está, muchas distancias-. Esta prenda constituía una suerte de extensión del oikós, de la casa, y por lo tanto las mujeres debían llevarla cubriendo su cabeza siempre que salieran a un espacio público. El velo conformaba una protección, una muralla, para defender el pudor y respetabilidad de la mujer, sobre todo de la mujer casada, y por lo tanto era fundamental su uso para proteger el cuerpo y cabello de la mujer de miradas ajenas a las de la familia más cercana. El gesto del velo cobraba una especial importancia en ciertas celebraciones, en especial en los ritos de paso, como el matrimonio o el funeral y constituía una herramienta simbólica más de expresión de la mujer.
Pregunta - El libro lleva el sugerente título Entre aidós y peitho, es decir, entre la vergüenza/modestia y la seducción ¿qué predomina más en la iconografía que has estudiado?
Respuesta - Efectivamente, el título del libro nos habla de un juego de antónimos que camina entre lo apolíneo y lo dionisíaco en términos nietzcheanos, entre el pudor y el erotismo, entre lo políticamente correcto y lo simbólicamente condenable, entre cubrirse celosamente con el velo y descubrirse con sensualidad el rostro. En este sentido, no se puede decir que predomine más aidós o peitho en la iconografía del gesto del velo: cada uno aparece relacionado con unos contextos diferentes de la sociedad griega. Lo que sí se puede ver es que si mientas que durante los primeros siglos de la historia del arte griego encontramos una predominancia del gesto de aidós, desde finales del s. V a.C. comienza a extenderse con fuerza el gesto de peitho y será el que dominará hasta época romana. Esto se debe, entre otras cosas, a la progresiva erotización que experimenta el arte griego a lo largo de su historia.
Estela funeraria del Museo Arqueológico de Atenas. Foto: Mario Agudo Villanueva |
Pregunta - Al estudiar costumbres -y otros muchos aspectos- de la Antigüedad, ¿no corre uno el riesgo de aplicar modelos contemporáneos al estudio del pasado?
Respuesta - Es indudable que al estudiar cualquier faceta de nuestro pasado nos vemos tentados a hacerlo desde el presente y que inconscientemente comparamos nuestro objeto de estudio con aquello que conocemos. Esto no nos tiene que impedir, sin embargo, realizar ejercicios de abstracción para intentar estudiar el pasado desde la óptica del pasado (o de los pasados). Es por ello fundamental leer mucho sobre aquella época que se está investigando (no sólo ensayos o fuentes secundarias sino también literatura de la época o fuentes primarias). Creo que, pese a todo, realizar comparaciones entre unas sociedades y otras, sean de la época que sean, es pertinente porque nos ayuda a entender mejor que en todas ellas existe algo central, el ser humano, y que muchas formas de entender nuestro mundo no entienden de fronteras temporales ni espaciales. Un capítulo completo del libro se enfoca, en este sentido, a la comparación entre el uso del velo en muchas sociedades de la actualidad y su uso en la Antigua Grecia. Creo que esto ayuda a recordarnos que detrás de las obras de arte, detrás de los objetos arqueológicos y de los motivos iconográficos, están las personas.
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