El año pasado en Barcelona la Fundación Foto Colectania expuso la totalidad del ensayo fotográfico Conversations with the dead, sobre los reclusos de seis penales de Texas. Realizado por el fotógrafo neoyorquino hacia 1967, cuando apenas contaba 25 años, este proyecto puede calificarse de trabajo magistral. Entre las noventa y pico imágenes estaba mi preferida: una partida de dominó resuelta mediante un plano picado. Aquella toma cenital me ha acompañado desde que era niño, ya que mi padre tenía un libro de fotos que incluía la imagen. Todavía me intriga la escena, y me pregunto si es o no casual la figura humana que forman las fichas.
viernes, 4 de diciembre de 2015
Los niños víctimas del terrorismo
El libro “Los Crímenes de Sendero Luminoso en Ayacucho” de Alberto
Valencia Cárdenas (Editorial Impacto, Primera edición, Octubre 1992, Lima), se
basa en un informe elaborado por su autor, cuando fue Diputado por Ayacucho
(período 1990-1992), el mismo fue una Denuncia Mundial interpuesta, el 03 de
abril de 1992 ante la
Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.
Ejército Campesino contra Sendero Luminoso.-
Los Editores, señalan “Valencia ha dedicado los últimos años a la lucha
contra el terrorismo (fenómeno que nació en su tierra natal)” (ob. cit. pág.
7). Luego dicen: “ha fundado, en su tierra, 77 comunidades de ronderos que han
sido el núcleo del ejército campesino que ha expulsado a Sendero Luminoso de
vastos sectores de su departamento” (ob. cit. Pág. 7).
Relación de hechos espeluznantes.-
El libro-informe está lleno de “relatos sobrecogedores”, acabo de leerlo
y estoy impactado, pero, más me indigna que el Estado Peruano no cuenta con un
Programa de Recuperación Moral, Psicológica y Social de las víctimas del
terrorismo en general, particularmente de la población rural andina,
especialmente de los niños y niñas –en ese entonces, hoy adultos-; denotándose
ausencia inhumana de sensibilidad de todos los gobiernos. Los relatos se
titulan: Queman con ácido los ojos de tres policías; Juicio popular contra el
gobernador; Destrucción del Centro Experimental de Alpachaca; La masacre de
Lucanamarca; Genocidio en San José de Secce; Cortan los dedos a 32 campesinos
por votar; 71 asesinados en Soras por negarse a colaborar con SL; A machetazos
les cortan las piernas a seis campesinos; Asesinan al alcalde de San Juan
Bautista; Queman vivos a 18 campesinos; Les cortan las lenguas a las autoridades
de Pomatambo; Matan a toda la familia de un policía; Crucifican y despellejan a
un profesor por arriar la bandera senderista; hay más.
“Reportaje a los huérfanos …”.-
En el suplemento “Domingo” del diario La República , de fecha 01
de diciembre de 1991, se publica un conmovedor reportaje rotulado “Los niños de
la guerra”, y subtitulado “Mil niños han muerto y más de tres mil han quedado
lisiados a causa de la violencia política …”, de la periodista María Elena
Castillo (ob. cit. pág. 119). Nos dice: “50 mil niños han quedado huérfanos a
consecuencia de la violencia política que aqueja a nuestro país en los últimos
once años” (ob. cit. pág. 120), luego escribe “La mayoría coincide en el
diagnóstico: ‘niños con stress traumático, ocasionado por una situación límite
mas allá del soporte humanos’. En otras palabras, se trata de un fuerte shock,
que dificulta el desarrollo normal del niño marcándolo para siempre”; (ob. cit.
pág. 120); finalmente expresa: “Los enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas y
la subversión son cada vez menos frecuentes. En cambio, es común que se
produzcan choques con las rondas campesinas, que muchas veces están integradas
por niños”, finalmente agrega: “no existen datos confiables del número de
pequeños que resultan heridos en enfrentamientos con la subversión. Ello porque
no existe una adecuada clasificación de los pacientes que ingresan a los
centros hospitalarios. Y pese a que existe un código especial para que éstos
pacientes se registren por accidentes en conflicto armado, elaborado por la Organización Mundial
de la Salud , en
el Perú no se toma en cuenta. El grupo de trabajo para la Ley Alternativa de Menores del
Ministerio de Justicia (hoy Ministerio de Justicia y Derechos Humanos), elaboró
recientemente una estadística aproximada de los niños liciados (sic) por
violencia política de la década. Según este informe por lo menos 3,000 niños en
todo el país han sufrido algún daño físico irreparable” (ob. cit. pág. 123).
Reflexiones finales.-
En la guerra interna, el Estado Peruano y la democracia, han sido
defendidos por nuestros campesinos del ande –organizados en las rondas
campesinas-, donde también han intervenido niños como ronderos. Sin embargo, el
Estado –en ese entonces- nunca llegó a toda la sierra, y la democracia nunca los
consideró hasta ahora. El Perú le debe a nuestros campesinos andinos, dos
reconocimientos institucionales y dos reivindicaciones históricas: por la
defensa del Honor Nacional en la infausta Guerra del Pacífico, en la cual
lucharon al lado del Taita Cáceres (Gral. Andrés Avelino Cáceres Dorregaray
ayacuchano y quechuahablante); y en la derrota del salvaje terrorismo
senderista. Ésta doble deuda hay que saldarla ya, sin demoras, sin
burocratismos y sin regateos.
Beto Lajo
Suscribirse a:
Entradas (Atom)