Luís Saraya López, identificado con las causas proletarias y populares,
dirigente comunero de la extinta comunidad industrial, y líder sindical de los
gremios laborales, fue partícipe junto con el pueblo de Arequipa representada
por sus autoridades ediles y demás instituciones y organizaciones de la
sociedad civil, en la “Gesta de Junio” de 2002.
Somos amigos a pesar de diferencias doctrinarias.-
Con Lucho somos amigos desde hace buen tiempo, desde la década del
noventa, en que como trabajador obrero que fui de la empresa minera Cerro Verde
(laboré como ayudante de pala en Mina, luego almacenero en Mantenimiento), me
desempeñé como Subsecretario de Defensa del sindicato; por lo cual, hubieron
coordinaciones, cuando era Secretario General del sindicato de Sid Sur
(Alicor); pese a nuestras posiciones ideológicas diferentes, somos amigos.
El libro “La Gesta de Junio”.-
En el año 2006, los apristas tuvimos el hermoso encargo de la ciudadanía
arequipeña de gobernar la ciudad desde el Concejo y la Municipalidad Provincial
de Arequipa, ahí ocupé cargos de confianza (Director de Personal, Gerente de
Desarrollo Social, Gerente de Asesoría Jurídica y Gerente Municipal). Por
disposición del Ing. Yamel Romero Peralta (a la sazón Alcalde) se apoyó
modestamente en la publicación del texto citado; el cual salió en setiembre de
2006. Su autor, me alcanzó un ejemplar con una muy elogiosa dedicatoria; libro
que por supuesto lo he leído.
Los compromisos se respetan.-
El levantamiento cívico, democrático e institucional, se produjo a
consecuencia del incumplimiento de la promesa de no privatizar las empresas
públicas de Arequipa, hecho públicamente, en mitin en la Plaza de Armas el 15 de mayo
de 2001, y suscrito en Acta de Compromiso el 16 de mayo, en el local de la FDTA , por Alejandro Toledo
(cuando candidato). Sin embargo, el año 2002, ya Presidente de la República,
olvidándose de la promesa y compromiso, dispuso se privatice la empresa
eléctrica EGASA. Ante ello, el entonces Alcalde Juan Manuel Guillén Benavides
–como ciudadano- interpuso una acción de amparo, siendo declarada FUNDADA en
primera instancia; no obstante ésta sentencia, el Gobierno de Perú Posible,
siguió con la privatización, es decir, tampoco respetó la decisión judicial. Lo
cual indignó al pueblo arequipeño dándose la Gesta de Junio.
Fin de las privatizaciones.-
La gesta multiinstitucional de Arequipa, marcó el fin de la etapa
privatizadora, impuesta por el neoliberal Consenso de Washington, e hizo que
los Gobiernos, el Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial, cambien de
discurso y propongan otras alternativas de inversión del sector privado
distinta a la privatización. También ha significado el fin de las promesas
electorales incumplidas.
Ollanta Humala, no aprendió la lección.-
En las elecciones del 2011, el candidato nacionalista, en Cajamarca,
dijo “oro o agua, el oro no se come ni se toma”; y en el Valle de Tambo,
prometió “hacer lo que el pueblo quiere”, aunándose al grito: “Agro sí, mina
no”. Igual que Toledo, al asumir la Presidencia, dio pase a los proyectos
mineros de Conga y Tía María. Los pueblos protestaron, se declararon en huelga,
se produjeron enfrentamientos, con lamentables pérdidas de vidas humanas. Los
proyectos están paralizados indefinidamente.
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