Fue un gran Maestro formador de juventudes mollendinas; fue un
respetable Director del Colegio Nacional Deán Valdivia; también fue un
demócrata a carta cabal, esto lo viví y comprobé directamente; era el año 1978,
estaba en quinto de secundaria, éramos promoción, como es tradición había que
ponerle un nombre, escogimos el del insigne Víctor Raúl Haya de la Torre –a la sazón Presidente
de la Asamblea Constituyente
1978-1979- (en la promoción de primaria, Escuela Pre Vocacional “Carlos Baca
Flor”, colegio barranco, nuestra promoción se llamó “Mariscal Ramón Castilla”
el mejor Presidente del Perú), entonces, el Prof. Jorge Pérez, nos dijo, con
mucha suavidad y consideración: “no es costumbre poner nombre de personas
vivas”, a lo que retrucamos que anteriormente ya hubo una promoción “Germán
Olivares Segura”, estando vivo; agregamos, es mejor hacer homenajes en vida que
de muerto. Viendo nuestra firmeza y la contundencia de nuestros argumentos;
quedó maravillado y aceptó de muy buena gana nuestra decisión.
Poeta, dramaturgo y escritor.-
Es autor de Poesía: La
Agonía de las Horas (1966); Soledad Azul (1975); Clepsidra
Roja (1976); Profanación (1980); Bajo el Sol (1991). Creó obras de teatro: El
Estudiante (Drama en 3 actos); El Candidato (Premio Nacional Concurso convocado
por Telecentro – 1974). Escribió la novela “El Último Expreso” (inédita), y los
Cuentos: La Lluvia
de Oro; Tres Noches; Seguía; El Tesoro; Amanecer a Media Noche.
Poeta vallejiano y poesía mollendina.-
El connotado poeta José Ruiz Rosas, respecto a la poesía de Jorge Pérez,
nos dice: “tienen un tono común de dolor, de soledad, de tristeza, de queja;
constatación de la miseria humana en suma”, es decir, fue un cultor y continuador
de nuestro universal César Vallejo; pero, a la vez, nos hace conocer que los
poemarios: La Agonía
de las Horas; Soledad Azul; y Clepsidra Roja; fueron creadas y publicadas en
Mollendo.
César Vallejo ha muerto. Aún sigue muriendo.-
Es el título de uno de sus poemas dedicado al gran vate, en el último
párrafo se lee: “(ES NUESTRA NORMA,
ADORAR A LOS MUERTOS, PERSEGUIR A LOS VIVOS)”, resaltado nuestro, expresión
fuerte, pero, real. Yo me pregunto ¿Es humano, es razonable y es consciente,
adorar a los muertos y perseguir a los vivos? Mi respuesta es ¡¡¡NO!!!
Éste cuento de Jorge Noé Pérez Rodríguez, cada vez que lo leo, me
impacta igual, porque en él, su autor, nos muestra la inmensa bondad y
misericordia del Dios Pachacamac, y la gigantesca miseria y egoísmo de los
seres humanos; a tales y diabólicos defectos, le atribuye el que exista
desigualdad e injusticia, riqueza y pobreza, poderosos y desposeídos. Nos
muestra –sin que nadie pueda refutarle- que los ricos se oponen a que los pobres
dejen de serlo; y, cuando los pobres –por acción divina- se convierten en
ricos, se vuelven peores que los ricos, para con sus semejantes.
Pesimismo que se transforma en optimismo.-
Sin duda alguna, Jorge Pérez, es expresión -sincera y realista- de pesimismo,
pero, no del pesimismo destructivo y depresivo, sino, de un pesimismo reflexivo
que ineludiblemente, nos lleva a autoredescubrirnos que somos seres
inteligentes creados por el bien y para el bien; en consecuencia, enrumbarnos
por el mal, es una desviación inhumana, es ser la oveja negra, por lo tanto,
tenemos que volver al redil de la fraternidad, solidaridad y equidad.
GRACIAS, MUCHAS GRACIAS JORGE NOÉ PÉREZ RODRÍGUEZ
Beto Lajo
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