Hace cien años “Rubén Darío, el Divino Rubén, como le ha llamado con
devota familiaridad la juventud americana y española, ha terminado su doloroso
peregrinaje por la tierra para ascender, en marcha definitiva, sendero de la
muerte, la áurea escala de la gloria”, palabras del Filósofo del Aprismo
(“Antenor Orrego y la Bohemia
de Trujillo 1914-1916”
de Germán Peralta Rivera, Fondo Editorial del Congreso del Perú 2011, Universidad
Privada Antenor Orrego, pág. 311).
Juventud divino tesoro.-
Nació en Nicaragua el 18 de enero de 1867 y falleció el 06 de febrero de
1916, su nombre es Félix Rubén García Sarmiento, pero, se le conoce como Rubén
Darío, fue el máximo representante del Modernismo Literario, también se le
llamó el “Príncipe de la Letras Castellanas ”.
A él pertenece esa hermosa estrofa:
Juventud, divino tesoro
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro…
Y a veces lloro sin querer…
Rubén Darío: Antenor Orrego, Víctor Raúl y César
Vallejo.-
Haya de la Torre
y Vallejo fueron grandes amigos, aquél dijo: “[Poesía…] leíamos por ejemplo Las flores del mal de Baudelaire,
leíamos el prólogo de Teófilo Gautier. Todo eso. Nosotros leíamos las novelas
de Eca Queirós, nosotros leíamos toda esa literatura de la época y nos gustaba
mucho también la poesía española, los Machado y Rubén Darío. Cuando murió Rubén Darío, nosotros hicimos
un funeral pagano y, cuando terminó ese funeral, que fue el año 1916 ó 1917,
entonces Vallejo proclamó que Darío había muerto y aquella escena –en una
noche, en un restaurante de Trujillo Los Ñorbos- culminó cuando Antenor Orrego
proclamó a Vallejo el primer poeta de América. Eso era… parecía una ilusión,
nos parecía una fantasía; pero nosotros lo tomamos en serio, como un vaticinio,
como la seguridad de algo que iba a cumplirse. Lo coronamos aquella noche,
él lloró con toda seriedad y todos nos quedamos convencidos de que habíamos
consagrado al Primer Poeta de América” (“Haya por Haya. Apuntes para sus
Memorias” de Guely Villanueva, Fondo Editorial del Congreso del Perú 2009, pág.
7). La profecía se cumplió con creces.
No nos olvidemos de Rubén Darío.-
Los Forjadores del nuevo pensamiento y acción indoamericanos: Antenor
Orrego Espinoza, Víctor Raúl Haya de la Torre , Manuel Seoane Corrales, Luís Alberto
Sánchez Sánchez, Ramiro Prialé Prialé, Carlos Manuel Cox, Luís Heysen
Incháustegui y otros, cultivaron la poesía, la literatura, las artes plásticas,
el teatro; también hicieron ciencia, historia, economía, sociología, filosofía
y política. Eran hombres cultos e investigadores de la realidad social; ellos
siguieron y admiraron a Rubén Darío, quién escribió versos desde los once años
de edad, a los trece enseñaba Gramática en una escuela; es considerado la
figura cumbre de la lírica hispanoamericana contemporánea; su estilo es
elegante y sonoro; revolucionó el concepto de poesía y formas poéticas. Ahora
se hace poca actividad cultural y ello nos ha deshumanizado.
LO FATAL
A René Pérez
Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura, porque ésa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser
vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror…
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
y no saber adónde vamos,
¡ni de dónde venimos!...
Leamos poesía.-
Hagamos como Haya, leer poesía, ello enriquece el espíritu, embellece el
discurso; volvamos a César Vallejo, José Santos Chocano y, por supuesto, a
Rubén Darío. Al concluir esta nota, me acuerdo de mi amigo Luzgardo Medina
Egoavil, su temprana partida, a hecho que Arequipa se quede sin poetas.
Beto Lajo
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