Allá por el año 2012 me propuse
llegar al río del infierno, en el norte de Asturias. La ruta que tomé fue la de
la N-634 hasta infesto, y de allí seguí a pie por los senderos de las foces, en
un bosque ascendente, y aunque el día no tenía buena pinta, pues amenazaba
llover, la ilusión de trasponer sus frondosos árboles con troncos retorcidos y húmedos,
y de cuya corteza colgaban racimos de helechos por todas partes, envueltos en una
bruma como la seda, me empujaba a seguir adentrándome por aquellos caminos oníricos
de la europa celta.
Tenía el equipo dispuesto con la cámara
en la mano, atento a lo que pudiera aparecer. Cuando detrás de la floresta, en
un claro de una curva, apareció en lo alto de la cumbre, uno de los picos de “La
Pesanca”. Los dejo con ella.
Carlos Rodríguez E.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.