martes, 9 de febrero de 2016

Qué tal fuad khuory zarzar



En la VI Conferencia Anticorrupción Internacional, organizada por la Contraloría General de la República, los día 02 y 03 de febrero de 2016; en la inauguración habló Faud Elías Khuory Zarzar, Contralor General desde el 14 de mayo de 2009, y declaró: “El Perú desde el año 2010 ha perdido tres mil millones de soles por actos de corrupción”. En mi opinión, ello demuestra la ineficiencia e incapacidad del Contralor, al no haber podido evitar el tremendo forado del  presupuesto público, en agravio del pueblo peruano.

¡Váyanse a sus casas!

El contralor general, los funcionarios de confianza como los de la alta dirección de la Contraloría General de la República, y los jefes de los Órganos de Control Institucional – OCI, de todas las entidades públicas de los tres niveles de gobierno (nacional, regional y local): deben irse a sus casas por su fracaso en el cumplimiento de sus funciones, demostrada en las propias palabras del contralor. Sólo se ha dedicado a decirnos –cada cierto tiempo- cuánto se pierde por corrupción. Pensé, que nos iba a decir: que los actos de corrupción han disminuido en un tanto por ciento y que la pérdida de recursos por corrupción se ha reducido a menos de la mitad o tercera parte de lo que se perdió en el año tanto. Pero no.

Gestión por resultados. Ahora.-

Es hora de establecer la evaluación anual de los altos funcionarios del Estado Peruano, por resultados, y de ser pobres o nulos los mismos, debe ser causal para cesarlos y que se larguen de la Administración Pública, y que no regresen.

Designar a los altos funcionarios con su Plan de Trabajo.-

Otro aspecto a considerar en la designación de los altos funcionarios del Estado Peruano, consideramos debe ser, a parte del currículum vital, la formación académica y la experiencia; solicitarle cuál es su diagnóstico del ente público a dirigir, y exigirle su Plan de Gestión o de Trabajo o de Acción, con metas a alcanzar en un año, en dos y hasta el término de su mandato. Así mejoraríamos el accionar de las Entidades Públicas del Perú.
 
Beto Lajo

El lado oscuro de los panchos



 
Fueron los más grandes. Los Panchos dejaron una dulce marca imborrable en la música popular hispanoamericana del siglo XX, imponiendo el modelo de los llamados tríos románticos en el género del bolero. Ahora llega un libro -complementado con un disco de seis temas- que revela que su historia íntima fue igual de fascinante pero mucho menos armónica. Los Panchos (MR Ediciones) está escrito desde dentro. Es obra de Celina Fernández, la esposa argentina de Rafael Basurto, que cantó con los fundadores a partir de 1976 y que ahora actúa como la voz de Los Panchos.
Con Los Panchos, nada es lo que parece. Nacieron en Nueva York en 1944 y sus creadores, los mexicanos Chucho Navarro y Alfredo El Güero Gil, debieron nacionalizarse estadounidenses durante unos años y enfrentarse a la posibilidad de luchar en la Segunda Guerra Mundial. En sus orígenes cantaban con orquestas el repertorio tradicional mexicano hasta que hallaron el filón del bolero elegantemente dicho por tres voces e instrumentado con dos guitarras y un requinto.


 
Difundieron lo que se vino en llamar bolero "a lo mexicano". Su saga es bien mexicana por su desmesura y truculencia. Aunque se basaban en los grandes autores de boleros, sus ocasionales composiciones propias reflejaban delicadamente su tormentosa vida amorosa, donde se sucedían las esposas, las amantes y las prostitutas. Por el contrario, sus letras nunca hablaron de la cocaína, que fue motor secreto del incansable trío durante varias décadas. La combinación de ese estimulante y el alcohol podía resultar fatal. Alfredo Gil inició una pelea en un local nocturno que terminó con la muerte accidental del aparcacoches.
Poco después, Gil pasó seis meses en una insalubre cárcel tras "resolver" a tiros una disputa económica con un promotor. Pero sobrevivieron a todo. Su amigo Jorge Negrete se quejaba en el lecho de muerte: "Ustedes, que han sido unos bandidos en esta vida, que se han bebido todo y han hecho las barbaridades más grandes, mira lo saludables que están; y a mí, que me he abstenido de todo, viene a tocarme esta desgracia".




 
Machacado por la vida intensa, El Güero Gil fue el primero en retirarse del directo, una jubilación acolchada por haber ganado el primer premio de la lotería. La responsabilidad de mantener a Los Panchos en activo recayó en Chucho Navarro, un ludópata que tuvo la desdicha de caer en las garras de una enfermera genuinamente infernal, si hemos de creer a la biógrafa, que decidió explotar al máximo la leyenda del trío. En los años noventa se dejó de mantener el alto nivel de profesionalidad que los caracterizó e incluso se les convirtió en una franquicia, con formaciones cuya "autenticidad" estaba garantizada por documentos dudosos. Ese periodo crepuscular es un aquelarre de abogados, notarios, doctores, disqueros y representantes que Celina Fernández narra con dolor e indignación.
Lo extraordinario es que, entre tantos dramas, Los Panchos materializaran tanta y tan bella música (también aparecieron en ¡33 películas!). La autora, que advierte que circulan discos bajo el nombre de Los Panchos que contienen interpretaciones de otros tríos, establece un listado de lo grabado por las diversas formaciones. Son más de 1.300 temas, incluyendo los discos que hicieron con Eydie Gorme, Estela Raval, Gigliola Cinqueti y, aprovechando las posibilidades del estudio, un "desenterrado" con el desaparecido Javier Solís; años después, José Luis Rodríguez El Puma haría una hazaña parecida con sus cintas añejas. Al final, Los Panchos han resultado ser inmortales.

El día en que Ferrero murió en "Pulso" - César Hildebrandt

 

Por : César Hildebrandt
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César Hildebrandt a los 19 años

La primera vez que estuve en un set de televisión fue en el programa de Juan Sedó. No tenía edad para saber que era un programa espantoso y nunca supe por qué estuve allí junto a otros niños idiotas que hacían fila para presentarse, pero allí estuve y es hora de admitirlo. Nunca me tentó, sin embargo, llevar a alguno de mis hijos a hacer lo mismo con tío Jonnny, el del vaso de leche, el saco a rayas y la sonrisa a la plancha dental, sucesor de Juan Sedó en Canal 4 y antecesor de Yola Polastri, la que llegaría a ser hermana, madre, abuela y tatarabuela inmortal de los ate-rrorizados niños del Perú.
La segunda vez fue muchos años después, cuando el viejo Alfonso Tealdo me invitó a formar parte de su panel en el "Pulso" original, no el adefesio que alguna vez se transmitió, a manera de remedo, por lo que quedaba de Canal 5: una pandilla de sobrevivientes, bustos 36B parlantes y debedores de deudas eternas con pistola al cinto. Éramos un montón en esa escuadra y el asunto era esmerarse en hacer la pregunta más fregada, más vistosa y más corta. Estaban, entre otros, Ricardo Müller -un tipo buena gente siempre y cuando no estuviera bebiendo o inhalando-,que era de los mejores preguntando; Manuel D 'Ornellas, un colega entrañable y talentosísimo que terminaría su carrera desfigurado por la lepra del fujimorismo y que en ese "Pulso" hacía las preguntas más noticiosas; César Arias, que a veces aburría como un rosario murmurando y que en otras ocasiones la achuntaba con un gancho al hígado; y, bueno, estaba este escriba que era jefe de redacción en "Caretas" y se esmeraba todo lo que podía en documentarse para acuchillar con recortes de declaraciones antiguas y contradictorias al invitado de la semana.
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Grabábamos en un estudio caluroso y el asunto era hacerse talquear la cara antes de hablar para no salir dando náuseas. A veces, sin embargo, a Müller, que trabajaba para Baruch lycher, le brotaban gotas gordas de estirpe bíblica que le daban al negro de su piel un cierto aspecto de beduino en marcha. Cuando eso sucedía, Tealdo llegaba a interrumpir la grabación, ordenaba secar y empolvar a Müller y mandaba continuar con la misma voz de pito que siempre tuvo y que parecía tan aguda como su inteli-gencia.
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Tealdo fue un maestro del periodismo porque jamás quiso enseñar, que de eso se trata con los verdaderos maestros. Habla sido un escritor de polendas, un bohemio irreductible, un borracho perdido y siempre, sin importar cómo estuviera, un periodista que olía la trufa blanca así estuviese a un kilómetro. Fue uno de los nuestros y de los más brillantes y pasó de la prensa escrita a la radio y de radio a la tele sin perder la compostura ni el brillo. Terminó los años que le tocaron en la ruina, maltratado por Panamericana Televisión, olvidado por la envidia y ninguneado por el país que lo había exprimido sin recompensa alguna.
Pero en esa época Tealdo era el capitán de la tele y nosotros, los del panel de "Pulso", su marinería.
Un día nos avisaron que el invitado era Raúl Ferrero, un abogado buen mozo y de éxito que acababa de fundar un partido político que, según se decía, pretendía heredar la clientela de Acción Popular. Era un hombre sin pasado político que publicaba artículos de connotaciones jurídicas en el diario "Expreso" y que nadie sabía por dónde agarrar. Faltando un día para el encuentro, me llegó un sobre de la oficina de Manuel Ulloa, mandamás de Acción Popular y custodio financiero del partido de Fernando Be-launde. Dentro del sobre había un libro y dentro del libro una página señalada con un marcador y párrafos pintados con un resaltador. El libro venía acompañado de un artículo que Raúl Ferrero había publicado en "Expreso". Bastaba leer los párrafos marcados en el libro y compararlos con los del artículo para darse cuenta de que se parecían como una fotocopiadora se parece a otra fotocopiadora de la misma marca y modelo. El asunto era que el libro se había publicado diez años antes que el artículo: Raúl Ferrero acababa de morir como un nonato más de la política peruana.
Y, en efecto, murió en el set de "Pulso". Confrontado con el plagio, se puso verde retama, primero, y amarillo desvaído, después, balbuceó una respuesta que contenía las frases "demasiadas ocupaciones" y "omisión de cita" y entró con todos los honores al panteón de las jóvenes promesas interrumpidas por un hallazgo perverso. Al terminar la grabación, Tealdo se me acercó y me dijo: -Lo mataste. ¿De dónde sacaste el libro? -Me lo dio alguien pero no te puedo decir quién.
En efecto, Manuel Ulloa me había hecho prometer que jamás diría que fue él quien me envió el misil que mató al que hubiera podido ser el otro Belaúnde. Después me enteraría de que Ulloa había contratado a un equipo de sabuesos para que rastreara todo lo imaginable de aquel enemigo expectaticio. Dos meses después de hurgar en todas partes, alguien de la jauría gritó ¡Eureka! -bueno, algo mucho menos académico que eso, algo así como "lo tenemos cogido de los huevos"- al tropezarse con la copiandanga. Y meses después, Belaúnde Terry ganaría las elecciones para ejercer por segunda vez el mando del país. A la hora de morir de lesa fama, Raúl Ferrero tenía el 5% de intención de voto. ¿Hubiera cambiado la historia si hubiese seguido en carrera? ¿Habría aprovechado el hirsuto Villanueva del Campo la división del centro en dos candidaturas? Nadie puede decir nada al respecto, pero lo cierto es que Manuel Ulloa me convirtió en asesino y que yo estuve muy a gusto apretando el gatillo. ¿Lo haría de nuevo? Sin duda, porque, más allá del hecho de ser utilizado, estaba el hecho pétreo del plagio y de lo que eso implicaba como demostración de deshonestidad.
En realidad, ese asunto del plagio siempre me ha parecido una de las cochinadas mayores. Y en nuestro medio la han practicado con gusto y sin vergüenza, don Fernando Iwasaki o don Alfredo Bry-ce Echenique. El primero se deslizó en ese charco antes de ser famoso y premiado, es cierto, y el segundo resbaló traicionando a uno de sus mejores amigos, lo que revela la catadura moral de este escritor tantas veces estupendo. Los bonos de este escribidor, entonces, subieron como la espuma. Y de resultas de ese homicidio figurado y de algunos otros asaltos exitosos a diversas reputaciones, me llamaron del Canal 4.
Querían que dirigiera la cobertura de la jornada de 1980 y que me dedicara a la producción de un programa político. La propuesta me la hicieron, a dúo, Mauricio Arbulú y Nicanor González en aquella oficina alargada que olía a humo de cigarrillo y frente a la cual hacían cola, con sus peticiones bajo el brazo, los gerentes de todas las áreas. Pero aceptar la propuesta de América Televisión suponía cortar mi vínculo con "Caretas", la revista a la que le debía casi todo. Y aquí debo hacer un paréntesis para que se en-tienda de qué tipo era mi conexión con la revista de Doris Gibson y Enrique Zileri.

Cronica publicada en la Revista HILDEBRANDT EN SUS TRECE DEL 23-04-2010

Problemática hídrica al 8 de febrero del 2016



  • Se ha venido consumiendo agua de las represas, hasta de un millón de m3/dia, y en las últimas semanas hasta 500,000 m3, pero a partir del 7 de febrero ya se empezó a almacenar agua en el sistema chili, tal como se muestra en el gráfico, esperamos que esa tendencia continúe hasta lograr no menos de 220 mmc, necesario para tener un año normal y dejar una reserva técnica  al  2017


  • En la campaña de precipitaciones, de agosto 2015 al 8 de febrero del 2015 se han acumulado 332,3 mm en la cuenca de El Pañe, 24% menos del promedio de los ultimos 7 años.
El 7 de febrero, hace 2 dias, se ha producido la lluvia mas fuerte, 31,50 mm,  desde el 23 de febrero del 2012, que alcanzó 33,20 mm. Según registros pluviométricos de la represa del Pañe.

No estamos para cantar victoria, pero parece que se nos viene un año normal, o al menos satisfactorio.


Huber Valdivia Pinto

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RPM # 290483