sábado, 21 de noviembre de 2015

La fotografía de hoy




El lugar idílico se llama Pozo Mouro, concejo de Villayón, Principado de Asturias, España.
Un rinconcito apacible en medio de la exuberancia de esta fantástica región donde el color verde es más verde que en ninguna otra parte de europa.
Gracias Marieta

Cartelera CASABLANCA

“De todos los tugurios, de todas las ciudades, de todo el mundo, ella tenía que entrar en el mío…”






 
Durante la II Guerra Mundial los alemanes conquistaron casi la mitad de Francia, incluyendo París. El gobierno francés se replegó a Vichíy en el sur del país y pactó la paz a cambio de colaboración. El general De Gaulle marchó con los opositores al invasor nazi hacia la zona de Marruecos en poder de Francia después de la I Guerra Mundial. Debilitados y con muchas ciudades -como la importante Casablanca- dudando aún de en qué bando quedarse, apoyaban a los movimientos de resistencia en Europa.
Conspiradores, espías, refugiados, ladrones y gentes de oscuro pasado se mezclaban con avanzadillas nazis e individuos tan hábiles como para no mojarse bajo un chaparrón; gente como Rick, el dueño de un turbio café de Casablanca -el local nocturno más popular de la ciudad-.
Así, muchos ojos en la Europa ocupada miraban con esperanza o desesperación hacia la libertad de las Américas. Lisboa era el más importante punto de partida, pero no todos podían acceder allí directamente y así se formó una tortuosa y accidentada ruta de refugiados: de París a Marsella; a través del Mediterráneo hasta Orán; luego por tren, automóvil o a pie por el borde de África hasta Casablanca, en el Marruecos francés. Aquí los afortunados con dinero, influencias o suerte obtenían visados para Lisboa. La antesala del nuevo mundo. Pero los otros esperaban en Casablanca.

Efemerides : Los 'seis de Birmingham'

Un día como hoy en 1974 , en Birmingham (Inglaterra), explotan dos pubs; mueren 21 personas. Son acusados falsamente seis jóvenes (Hugh Callaghan, Patrick Hill, Gerard Hunter, Richard McIlkenny, William Power y John Walker), que los medios denominaron los Seis de Birmingham. Tras un infame caso de montaje judicial, el 15 de agosto de 1975 serán condenados a cadena perpetua. Recién 16 años después (el 14 de marzo de 1991) la justicia británica reconocerá su inocencia y los liberará.

Los seis de Birmingham, detenidos en noviembre de 1974 bajo la acusación de haber sido los autores del doble atentado del IRA que costó 21 vidas y provocó casi 200 heridos en esa ciudad inglesa, y condenados en 1975 a cadena perpetua, fueron puestos ayer en litiertad tras pasar 16 años largos en la cárcel. El juez presidente del tiribunal de apelación decidió que no había razones para seguir con la Pena y decretó su libertad en medio de escenas cargadas de júbilo y ernoción en la sala, repleta de familiares de los apelantes.
El Gobierno anunció inmediatamente la apertura de una investigación sobre el funcionamiento del sistema de justicia penal. La suerte de la apelación estaba echada desde el momento en que la fiscalía declarara, antes de que se abriera la vista a principios de la semana pasada, que las bases en que se sustentaba su caso no tenían crédito.La apelación ha demostrado que las declaraciones autoinculpatorias de 1974 -que los acusado siempre han sostenido les fueron extraídas a golpes- fueron manipuladas por la policía y que las pruebas químicas forenses que parecían demostrar que dos de ellos habían manipulado explosivos eran técnicamente repudiables: el mismo resultado se obtenía del contacto con detergente o con cigarrillos. Lord Lloyd, presidente del tribunal declaró que en vista de las pruebas presentadas en la apelación los seis quedaban en libertad. La sentencia será publicada dentro de unos días.
Las palabras del juez fueron acogidas con gritos de euforia, lágrimas de emoción abrazos entre los acusados y en la tribuna del público. Frente al edificio del tribunal, en Old Bailey, donde cientos de simpatizantes estaban esperando ese momento, la noticia provocó un estremecimiento elevado hasta el paroxismo cuando, casi media hora después, tras completar las formalidades, los seis aparecieron en la calle.

Ventear el odio

El griterío que recibió a estos seis hombres de edades comprendidas entre los 44 años de Gerry Hunter y los 60 de Hugh Callaghan, aunque todos cen aspecto de más edad, fue tremendo. Inmediatamente se dirigieron a unos micrófonos desde donde, en desorganizada confusión, ventearon su odio a un sistema que, según dijo uno de ellos, sabía desde el primer momento que eran inocentes.La ira por la injusticia de que habían sido víctimas llevó a uno a pronunciar el equivalente al refrán "A todo cerdo le llega su San Martín", en alusión a las responsabilidades incurridas por quienes fabricaron las pruebas y quienes se negaron a creer su protesta de inocencia. También agradecieron el apoyo de quienes habían luchado por su causa, el más importante de los cuales ha sido el parlamentario laborista Chris Mullín, autor del libro Error of Judgement (Error Judicial) en el que desmonta las acusaciones de culpabilidad y dice haber hablado con los autores de las atrocidades de Birmingham, el atentado más sangriento del IRA en Gran Bretaña. Dos programas de televisión tambien han servido para mantener el caso en candelero.
Los atentados se produjeron en el curso de una intensa campaña terrorista del IRA que desató una profunda fobía antiirlandesas en las islas. El juicio de 1975 se celebró sin que hubiera cedido esa atmósfera y el juez dijo que les condenaba a cadena perpetua tras haber visto las pruebas más abrumadaras de su carrera contra unos acusados. Sucesivas apelaciones, la última en 1988, confirmaron el juicio original.
La puesta en libertad de los seis constituye un inapelable veredicto de culpabilidad sobre el sistema policial y judicial británicos.
 
 
Archivo del diario El País 15 de marzo de 1991