viernes, 25 de septiembre de 2015

Un día Para recordar

DÍA DE LA REPÚBLICA
 
 
El ilustre Historiador Jorge Basadre con acierto nos dice: “la historia
de la República del Perú, …, se abre poco más de un año después
de la ceremonia del 28 de julio de 1821, al instalarse el primer
Congreso Constituyente” (Historia de la República del Perú, t. 1, p.
36), ello sucedió el 20 de setiembre de 1822, fecha en que nacimos
como República, cumpliendo 193 años de Democracia
Representativa. Estuvo conformado por 79 diputados elegidos en la
forma siguiente: Lima, 8; La Costa, 2; Huaylas, 8; Tarma, 6; Trujillo,
15; Cuzco, 14; Arequipa, 9; Huamanga, 7; Huancavelica, 3; Puno, 6;
Maynas y Quijos, 1. Trujillo, Cuzco y Arequipa, tenían más
diputados que Lima, porque tenían más población; en ese entonces,
había más peruanos en provincias que en la capital, ahora es
completamente distinto.
El inicio de la República se debió a la actuación consecuente de
San Martín, quien –no obstante ser partidario de la monarquía y al
no tener acogida su propuesta- expidió el decreto de 27 de
diciembre de 1821 convocando a la ciudadanía “con el fin de que
eligiera libremente un Congreso Constituyente para el exclusivo
objeto de establecer la forma de gobierno por la que se regiría el
Perú y dar la Constitución más conveniente” (idem, p. 37).
Hubieron tres bandos políticos: “los partidarios del antiguo régimen,
absolutistas o reaccionarios”, de continuar siendo parte de España;
los independentistas, liderados por José de la Riva-Agüero. “Y en el
medio se colocaron los que pensaron en diversas formas
conciliadoras, de tipo monárquico constitucional, reformistas frente
al Virreinato tradicional, pero conservadores frente a quienes
querían romper el ligamen con la metrópoli” (ídem, p, 38). En el
Parlamento predominaron las ideas republicanas sobre las
monárquicas; el arequipeño Francisco Javier de Luna Pizarro, fue
su primer Presidente, y el trujillano José Faustino Sánchez Carrión,
su primer Secretario. Al dimitir el Gral. Protector dijo: “Peruanos: os
dejo establecida la representación nacional; si depositáis en ella
una entera confianza, cantad el triunfo, si no la anarquía os va a
devorar” (ídem, p, 42).
Nuestro historiador titula el primer capítulo de su magna obra: “ EL
CHOQUE ENTRE EL MUNDO DE LAS IDEAS IMPERANTES EN
EL CONGRESO CONSTITUYENTE Y EL MUNDO DE LOS
HECHOS”, debido a que se desubicaron de la realidad, al no
considerar –en ese entonces- la presencia aún del ejército realista
en territorio peruano, poniendo en riesgo la independencia, lo cual
se resolvió el año 1824 con la venida de Simón Bolívar.
Ante dificultades económicas, los primeros diputados hicieron
donativos por la patria; no como ahora los congresistas sangran al
Parlamento. En cuanto a garantizar una conducta ética de los
Padres de la Patria, Basadre nos dice: “En la búsqueda de la
moralización de la función parlamentaria y como si hubiera previsto
una corruptela de tiempos posteriores, la Asamblea acordó, a
propuesta de Luna Pizarro, que ningún diputado …, pueda, …,
solicitar ni admitir para sí ni solicitar para persona alguna empleo,
pensión, merced o gracia del Poder Ejecutivo” (ídem, p, 49).
Cabe preguntarnos ¿nuestros congresistas, cumplen con esta ley
de “moralización de la función parlamentaria”, reforzada con la Ley
Nº 27815 Ley del Código de Ética de la Función Pública? La
respuesta es ¡NO¡ sino veamos: congresistas que se van de luna de
miel a Tarapoto con recursos del Poder Legislativo; usan sus cargos
para boicotear acciones contra el narcotráfico, contrabando y
minería ilegal; están desconectados de la realidad de inseguridad
ciudadana; se dedican a negociar sus votos con el Poder Ejecutivo
a cambio de empleos a favor de sus allegados; explotan a sus
trabajadores pagándoles menos de lo que les corresponde,
embolsillándose la diferencia; eluden pagar sus tributos
municipales; etc.
Al celebrar la institución del Parlamento Nacional y ante las
elecciones, nuestro compromiso debe ser, como ciudadanos (as), el
de elegir a respetables parlamentarios, que prestigien el Congreso y
nos representen dignamente.
Por: Edgard Norberto “Beto” Lajo Paredes