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Del Imperialismo a la Globalización (de 80 AÑOS DE EL
ANTIMPERIALISMO Y EL APRA DE HAYA DE LA TORRE)
El pasado Siglo Veinte,
tuvo como fenómeno político y económico el Imperialismo que, según Hobson es la
expansión por necesidad del capitalismo de un país desarrollado a otro u otros
países subdesarrollados, y según Lenin fue la última o superior etapa del
capitalismo.
Para Haya – en ese
entonces- el único observador de dicho fenómeno, pero desde los países
subdesarrollados, específicamente latinoamericanos- aclaró a Hobson en cuanto a
la necesidad de expansión de los capitales, no sólo era de los países
desarrollados, sino, también de los países subdesarrollados de contar con tales
capitales para desarrollar; y rectificó a Lenin, pues, el imperialismo, para
nuestros pueblos, vino a ser la primera o inferior etapa del capitalismo.
Haya descubre la
ambivalencia del Imperialismo, es decir, tiene dos lados: uno bueno (trae
inversión, tecnología y nuevas formas de administración), que hay que aceptar;
y uno malo (trae explotación, expoliación y dependencia), que hay que rechazar.
El gran Carlos Marx ya habló de la ambivalencia del colonialismo inglés en la India , cuando dice, por un
lado está destruyendo la economía primitiva y por otro lado está echando las
bases de la nueva economía occidental.
Esta posición marxista en
qué se diferencia con la de Haya, en que mientras Marx aceptó la ambivalencia
como una fatalidad histórica; Haya más bien, acepta el lado bueno y rechaza el
lado malo del imperialismo; en este punto Haya fue más revolucionario que Marx.
Para lo cual Haya plantea
el Estado Antimperialista de los Cuatro Poderes Democráticos: Legislativo,
Ejecutivo, Judicial y el Congreso Económico Nacional con representación de los
trabajadores, del Estado y del capital tanto nacional como extranjero, con las
tareas de planificar el desarrollo del país y concertar los intereses de todas
las partes; lamentablemente nunca se plasmó por la oposición tenaz de la
derecha en connivencia con los comunistas; también impulsando la integración de
América Latina, y democratizando y elevando la calidad educativa de nuestro
mejor capital humano : los niños y los jóvenes, para así poder tecnificar la
economía, dignificar la política y dar valor agregado a nuestros recursos
naturales.
Este Siglo Veintiuno,
tiene como fenómeno político y económico la Globalización ,
también ambivalente, con un lado bueno la superación de las fronteras como
barreras por la revolución de las comunicaciones e internet, posibilitando el
desplazamiento de personas, bienes, servicios, tecnologías y capitales entre
los países; y el lado malo, en que si no enfrentamos realista e
inteligentemente la globalización, puede dar lugar a países globalizadores
(generalmente los desarrollados y emergentes como únicos beneficiarios) y
países globalizados (mayormente los subdesarrollados afectados negativamente),
para lo cual, tenemos que fomentar la celebración de Tratados de Libre Comercio
– TLC sin complejos de inferioridad, mejorando nuestra productividad y
competitividad, impulsando la educación de calidad gratuita para los niños y
jóvenes en general; la asociatividad entre los pequeños y medianos productores
y empresarios, invirtiendo en ciencia y tecnología e investigación. Los TLC nos
van a facilitar el ingreso de productos y bienes que producimos y produciremos,
a otros mercados gigantes, sin aranceles.