viernes, 21 de agosto de 2015

Revivificar el partido





6.- Repopularizar el Partido Aprista Peruano

Fue el primer partido político que organizó al pueblo peruano, le dio un programa a los trabajadores, elaboró un Plan Máximo de alcance continental y un Plan Mínimo o Programa de Acción Inmediata de dimensión nacional, moralizó la política, erigió a la categoría de ciencia los temas del Estado, investigó la realidad, llegándose a constituir en el Partido de la Nación Peruana, al aglutinar a los campesinos, indígenas, obreros, estudiantes, intelectuales, clases medias, a los grupos humanos descendientes de chinos, japoneses, africanos, a los que profesaban otras confesiones no católicas, liderando todos estos sectores sociales que, progresivamente ha ido perdiendo.

Es tarea urgente patriótica e histórica de los ciudadanos y ciudadanas de hoy, fundamentalmente de los jóvenes, el recomponer, remozar y repopularizar este instrumento de la izquierda democrática, del Partido del Pueblo y de la Juventud y del Cambio Responsable; porque es necesario para representar, interpretar, intermediar, gestionar, movilizar y luchar, por los nuevos grupos sociales vulnerables: consumidores de bienes, usuarios de servicios, a quienes hay que protegerlos de la voracidad del libremercado; a los practicantes de las diversas carreras técnicas y profesionales explotados encubierta o abiertamente, tanto en el sector público como en el privado; a los trabajadores sin derechos, sin beneficios, discriminados en sus remuneraciones; a los niños desnutridos; a los jóvenes sin oportunidades; a los adultos sin empleos; a las madres solteras; a los discapacitados marginados; a los ancianos abandonados; a los pacientes sin seguro de salud; a los asegurados maltratados; a los que sufren de la injusticia del Poder Judicial o de las demoras en las investigaciones fiscales o de los procesos jurisdiccionales; a los que con imaginación generan su propio trabajo, pero son reprimidos por las municipalidades por “ornato” (lustrabotas, lavacarros, canillitas, taxistas, choferes y cobradores de combis, etc.); a los que padecen de una enfermedad (TBC, VIH-SIDA, mentales, etc.); a las víctimas sin recursos de accidentes de tránsito, robos, asaltos, violaciones; a los atrapados en las garras del alcoholismo, tabaquismo y drogadicción; a los pensionistas humillados; a los administrados no atendidos por la burocrática e ineficiente, corrupta e insensible Administración Pública, tanto nacional, regional y municipal; a los vecinos inmersos en situación de inseguridad ciudadana; a los ciudadanos burlados por la incumplidas promesas de los políticos y encima protagonizan escándalos que indignan y enfurecen.

Si no identificamos ahora los problemas, si no los solucionamos ya, mañana puede ser demasiado tarde; si no planificamos el futuro, si no prevenimos las dificultades, si no ejecutamos lo aprobado; estamos caminando a obscuras y cavando nuestra propia sepultura.