martes, 16 de febrero de 2016

Doña Nelly Larrea viuda de Yúgar


A la espera de la anfitriona, en la sala de su acogedora casa, que guarda testimonios valiosos de una época del aprismo y de la política arequipeña y peruana.

Tres compañeros y los tres mollendinos: Antonio La Torre Luna (Relacionista Industrial y Periodista, viejo aprista, admirablemente, en actividad partidaria, no obstante, sus siete décadas); Carlos Rodríguez E. (Abogado, Fotógrafo profesional y apasionado, ex Redactor del diario La República); y mi persona. Fuimos a visitar (15 de febrero de 2016) a Doña Nelly Larrea Viuda de Yúgar, esposa del gran líder, respetado oftalmólogo y prestigiado político, también mollendino, y aprista a carta cabal: Pedro Yúgar Gallegos.

Los grandes del Aprismo.-

Doña Nelly, de 86 años de edad acercándose a los 87, de muy buena memoria y lucidez, nos contó de las visitas que hacían a Arequipa: Víctor Raúl, Luís Alberto Sánchez, Ramiro Prialé, Armando Villanueva –en activismo político, proselitismo doctrinario y campaña electoral-, siendo acogidos en la casa de la familia aprista Yúgar – Larrea; a dónde también llegaban Carlos Roca Cáceres, Alan García, Pilar Nores y otros militantes del Aprismo, en los años sesenta, setenta y ochenta; antes que el APRA llegue al Poder, y antes que sean altos funcionarios públicos del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo. Relató anécdotas, comprometiéndose a escribirlas en el género literario de Memorias.

Añorando la fraternidad aprista.-

Doña Nelly, hizo referencias a cómo era y fue la fraternidad aprista, cultivada por los fundadores y forjadores del Aprismo, en todo el país. En una ocasión, llevó al cine a sus hijos y a los hijos de apellido Tejada, más o menos diez niños, al comprar las entradas, salió el propietario que resultó ser compañero, y dispuso el ingreso sin abonar las mismas –pese a la insistencia de Doña Nelly en pagarlas por el número de espectadores-, la respuesta fue: “Ud. ni los niños van a pagar”; luego adquirieron algunos chocolates, nuevamente el c. propietario, dio la orden al encargado de las ventas de no cobrar; Doña Nelly –muy delicada, quiso devolver las golosinas, cosa que no pudo, una, porque los niños ya las saborearon, y otro, porque el c. manifestó ser su cariño y aprecio. Al término del espectáculo cinematográfico, Doña Nelly, se dirigió a la Pastelería La Lucha en calle Rivero, estaba comprando los ricos pasteles, cuando aparece el compañero Yleano Acosta, convirtiendo la compra, en una gentil invitación de él a los niños. Es importante destacar que, el c. Yleano, también nació en Mollendo.

La inocente ocurrencia del niño Tejada.-

Estos hechos, era atentamente observado por uno de los niños Tejada; cuando llegaron a la casa de los Tejada, el niño observador con entusiasmo le contó a su progenitora: “mamá, te voy a dar un consejo, cuando salgas, hazlo con la Sra. Nelly, porque a donde va, no le cobran nada”. Lo que fue celebrado con alegría.

Pendiente una fraternal invitación.-

La sencillez y amabilidad de Doña Nelly, siempre puesta de manifiesto, en toda su vida, en la visita frecuentemente, nos ofrecía un tecito, cafecito o gaseosa. Finalmente, hemos aceptado la invitación de un almuerzo, para un sábado, inquiriéndonos ¿qué nos gustaría servirnos? Así fue el Aprismo, fraterno, una familia. La Doctora Martha Hildebrandt, destacadísima Lingüista, en uno de sus comentarios, escribió: “los apristas crearon la palabra FRATERNALMENTE” (resaltado nuestro).

Beto Lajo

 

 

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