Un día como hoy en 1864, Estados Unidos, Abraham Lincoln es reelegido presidente.
Cuando faltaban unos meses para
terminar la guerra civil, Lincoln se enfrentó a la reelección como presidente.
Su mandato se había desarrollado bajo una confrontación que había cercenado
todos sus planes y proyectos políticos. Su partido no estaba cohesionado, es más,
surgió una facción radical que amenazaba con frustrar su reelección. Por otro
lado, los demócratas pusieron como cabeza de cartel al destituido general
McClellan y difundieron el mensaje de que Lincoln era un sectario, un
partidista y un caprichoso que había desposeído del poder al más laureado y
prestigioso general de la Unión. Y esto había provocado un alargamiento
innecesario de la guerra.
Lincoln tuvo que hacer gala de su
paciencia y bueno humor para superar todos los inconvenientes y lograr
reconducir la situación por senderos que les fueran favorables. Logró cautivar
a los electores con discursos llenos de patriotismo en los que ofrecía un
futuro mejor y más halagüeño para todos en una nación unida y cohesionada. Su
gobierno sería del pueblo y para el pueblo. Pese a la propaganda de los
enemigos, él no era un tirano, ni tenía tentaciones de convertirse en un
presidente que ejerciera el poder sin límites y sin control por parte del
Congreso y del Senado.
Su actitud determinó que la facción
que se había escindido del partido Republicano se disolviera y retirara las
candidaturas. Sin embargo, la larga guerra y la emancipación parecían ser dos
obstáculos insalvables para la reelección de Lincoln, pero una serie de
victorias militares de la Unión justo antes de la elección, cambiaron la situación
a su favor. Además, los soldados movilizados en los frentes pudieron votar en
los campos de operaciones de la guerra. Lincoln obtuvo el 70% de los votos
entre los miembros del ejército.
Ganó las elecciones de una forma
aplastante. Su opositor triunfó en dos estados, el resto se inclinaron por
Lincoln. Toda la vida de Lincoln estuvo tejida entre el dolor y gozo. La alegría
por la obtención de la reelección duró poco. El 4 de marzo de 1865 inició su
segundo mandato. Un 15 de abril de 1865 Lincoln y Mary Todd decidieron asistir
a una representación en el teatro Ford. La obra era Our American Cousin, una
comedia musical. Cuando Lincoln se sentó en el palco, John Wilkes Booth, un
actor de Maryland, residente en Virginia y simpatizante del Sur, le sorprendió
por la espalda y le disparó a bocajarro un tiro en la cabeza mientras gritaba
Sic Semper tyrannnis!, (¡Así siempre a los tiranos!) que era el lema que estaba
escrito en el escudo de Virginia. Su vida se extinguió diez horas después. Ahí
terminaba su historia y nacía un mito.
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